¿Cómo será el Verano en Materia de Incendios Forestales (2018)?

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Una vez más, con el inicio de la época de peligro alto de incendios forestales (Castilla y León publicó la Orden el pasado 22 de junio) escribimos esta entrada donde hacemos nuestra apuesta en materia de incendios forestales para este verano. Son muchos los factores a considerar y, cómo en toda apuesta, corremos el riesgo de no acertar pero creemos que es interesante hacer un planteamiento inicial de cómo puede ser la campaña en cuanto a número y superficie quemada.

Empezamos, como en otras ocasiones, compartiendo la estadística que el Ministerio de Medio Ambiente publica periódicamente, en concreto, el período que hemos consultado comprende desde el 1 de enero hasta el 17 de junio de 2018 y como en otras entradas que hemos compartido sobre esta temática es bueno saber que se trata de datos provisionales, por tanto, no definitivos, pero que nos pueden servir para hacernos una idea de cómo ha sido o está siendo el año en materia de incendios en comparación con el año anterior para el mismo periodo (entre paréntesis los mismos datos para el año 2017): 

  • 2.715  siniestros (6.140)
    • 1.783 conatos (3.293)
    • 932  más de una hectárea (2.847)
  • 8.840,23 ha de superficie forestal afectada (38.256,65 ha)
  • 1 gran incendio (6)

Objetivamente se trata de cifras positivamente muy significativas. Sin duda. En todos los aspectos se trata de valores muy inferiores comparados con el año anterior, incluso con el valor medio de los últimos 10 años (también disponibles en el resumen publicado por el Ministerio) pero… ¿por qué? Creemos que la respuesta es sencilla… un final de invierno lluvioso y una primavera extremadamente lluviosa –la más lluviosa desde el año 1965- han contribuido a encontrarnos estos números tan esperanzadores pero, a partir de aquí, la pregunta es… ¿Cómo será el Verano en Materia de Incendios Forestales?

Las predicciones meteorológicas son buenas. Según AEMET (Agencia Estatal de Meteorología) hará calor puesto que estamos en verano pero no se esperan “olas de calor” como las que sufrimos el año pasado, de hecho se espera  que sea el verano menos caluroso de los últimos tres años aunque no así en la costa mediterránea donde ser prevé que soporten temperaturas superiores a los valores medios. En cuanto a la precipitación no se observan señales climatológicas significativas, es decir, no sabemos si tendremos un verano seco o húmedo.

Es decir, puede ser un verano bueno en materia de incendios forestales y cuando decimos bueno nos referimos a que el número de siniestros será “reducido” y, esperamos, que la superficie afectada también sea “reducida”. Creemos que no hace falta explicar porque ponemos entrecomillado la palabra “reducida”, seguimos pensando que hay mucho trabajo por hacer en materia de prevención de incendios forestales y, también creemos, que no es a base de sacar normativa municipal, regional o nacional a las pocas semanas (por no decir días) de catástrofes naturales ocurridas en el pasado y que, en la mayoría de los casos, sirve para entrar en el debate de la necesidad de «limpiar» el monte.

2017... Incendios ForestalesEs verdad, que en muchos casos la limpieza del monte es necesaria pero… ¿por qué todo el monte tiene que estar “limpio”? dicho de otra manera… ¿qué es un monte “limpio”? Es una pregunta que también deberíamos plantearnos ¿verdad? Porque sabemos que en un porcentaje muy alto (no queremos dar la cifra por no estropear la información que hemos mostrado al principio  y que nos hace ser optimistas para este verano) se corresponde a la acción del hombre y, de éstos, una vez diferenciemos los incendios negligentes (que por desgracia siempre se van a producir) de los incendios intencionados (éstos esperamos que poco a poco se reduzcan)  nosotros llegamos a la conclusión que da igual que el monte este “limpio” que “sucio,  el paisano y/o paisana que intencionadamente provoca un fuego va a provocarlo, es verdad, que podemos ponérselo más fácil o más difícil en función de la vegetación que haya en el monte pero, finalmente, lo provocará.

Con esta pequeña reflexión queremos llegar a donde, creemos, está la verdadera prevención y como siempre escribimos en estas entradas la respuesta está en la educación, podemos discutir si añadir el término ambiental es adecuado, término que en este caso, creemos, sí sería adecuado, porque lo verdaderamente importante y donde se fundamenta este problema es en el respeto y es aquí donde la educación (ambiental) entra en juego.

Con lo escrito hasta aquí -nos gusta recordarlo- no queremos decir que los dispositivos de extinción no sean necesarios, todo lo contrario, son totalmente necesarios, porque incendios siempre se van a producir pero el problema es necesario enfocarlo de otras maneras para paliar y reducir el número de incendios y no esperar que una primavera o verano lluvioso, reduzca la superficie arrasada por el fuego porque entonces será el azar quien determine el éxito o el fracaso de la política de incendios de cada año y, esto, no puede ser bueno. 

Terminamos. Volveremos a principios de otoño para repasar estos datos y, hasta entonces, como siempre, seguiremos disfrutando del monte…